Esta crítica está 98% libre de spoilers (al analizar una
película ya se está intentando prevenir las reacciones que produce)
Normalmente una trilogía se rige por el siguiente orden: La
primera es la que consigue crear algo bueno, la segunda es oscura, y la tercera
floja. En este caso la primera es
llamativa, la segunda es la que crea algo bueno y la tercera no decepciona
aunque sufre las secuelas de su éxito.
Antes de nada deberíamos ponernos en situación. Batman es
conocido por el aura oscura que le rodea y por ser un superhéroe sin poderes. Fue creado en 1939, solo un año después de la
aparición de Superman, pero no sería hasta 1989 cuando Batman llegara a los
cines, con gran éxito, de la mano de Tim Burton. Por aquel entonces sólo tenía como precedente
unas (bastante olvidables) series televisivas
y el Superman de Christopher Reeve , de 1979. La saga de Burton se
sumergió en los cómics, dejando claro que sus historias eran fantasía, pero de una manera muy distinta a lo que se
había visto antes. Sin embargo en sus continuaciones se desviaron, perdiendo
fuerza y calidad, produciendo que la tercera parte enterrase la franquicia.
Y
no fue hasta 2005, con Batman Begins,
cuando Christopher Nolan tomó el relevo y le dio lo que necesitaba el nuevo Batman
para enganchar a los espectadores del siglo XXI: realismo. “¿Por qué caemos? para
poder aprender a levantarnos de nuevo” se reflexionaba en este film.
Vimos a un Batman contemporáneo que perfectamente podría
vivir en esa lejana ciudad de Gotham y nos identificamos con su historia. Todo
esto estuvo perfectamente relacionado con la iconografía tradicional del
superhéroe, lo que dejó a los fans conformes. Pero no sería hasta la segunda
parte
The Dark Knight (2008) cuando
el trabajo de Nolan se lució plenamente. Ésta es seguramente la mejor película
de superhéroes hasta la fecha. Tenía una historia imprevisible, bien narrada y
con una estructura que atrapaba, gran
dramatismo, juegos éticos y varios finales. El intérprete del Joker, Heath
Ledger, le dio un nuevo nivel al personaje y se ganó su Óscar póstumo al mejor
actor de reparto. Además se reflexionaba sobre lo hace realmente al héroe,
mediante la teoría del caballero blanco y el caballero oscuro.
Llegados a este punto era muy difícil superar la segunda
parte. O se renovaba o caería en repeticiones y puede decirse que The Dark Knight Rises ha conseguido un
nivel respetable, pero no supera al de su antecesora. Las expectativas estaban
demasiado altas y no se disfruta totalmente viéndola por separada. Hay que ver
las otras dos.
Esta película se sitúa ocho años después de la segunda parte
(lo cual sería más o menos en la actualidad, si la primera parte se sitúa en el
2005 y la segunda nueve meses después). Después de los acontecimientos de El Caballero Oscuro, Bruce Wayne se ha
recluido en su mansión, argumentando que no hay nada fuera que le haga desear
salir. Pero se verá obligado a vestirse con la capa negra de nuevo cuando Bane
pretenda arrasar la ciudad de Gotham.
Hasta ahí bien. La película arranca de forma atrayente y es
entretenida pero, al contrario que su predecesora, no te absorbe totalmente
hasta que lleva una hora y media de sus 165 minutos. Requiere más paciencia.
Bane es brutal, muy físico y despiadado; impone, pero no
impresiona. Le falta personalidad y sobran estereotipos del hombre con una vida
pasada dura. Máscara aparte, no transmite demasiado. Ni siquiera te das cuenta
de cuándo ha terminado su papel en la película hasta después de varias escenas.
El nivel actoral en general es bastante aceptable. Tenemos a
un Bruce Wayne mucho más humano. Pero quizá podría haberse esperado algo mejor de
Marion Cotillard, Morgan Freeman o Gary Oldman. Aunque no me gustó mucho su
elección como Catwoman e incluso me pareció que forzaba a su personaje en un
primer momento, debo reconocer que Anne Hathaway estaba muy cómoda en su (ajustado)
papel.
Algo extraño ha ocurrido con el doblaje. La escuela de
doblaje española es una las mejores del mundo pero, por algún motivo, en esta
película algunos puntos han chirriado bastante. Parece que ninguno conocía el
nivel intermedio entre sollozar y llorar abiertamente. La voz de Bane intentaba
evitar semejanzas obvias con Darth Vader y sonaba demasiado alta para crear
sensación de presencia en la misma sala que otro personaje. En cierto punto
incluso creí, desesperado, que la voz mal muestreada, con acento de algún país indefinido
de Marion Cotillard tenía personalidad.
Otro punto que puede desconcertar a los que conozcan algo de
la zona es que, por motivos de guión, esta vez Gotham se sitúa en Nueva York y
no en Chicago, como en las entregas anteriores. Así podemos tener algunas
dificultades para meternos en la historia viendo el puente de Brooklyn, El
Empire State, el edificio Chrysler, el Metlife o incluso el edificio que sustituye
a las Torres Gemelas de fondo. Personalmente siempre pensé que Nueva York era
más de Spiderman, si acaso de Superman. Al fin y al cabo en estas películas se
lucha por defender el alma de Gotham, deberían haber valorado más este punto.
La música, por tercera vez de Hanz Zimmer, te mete
totalmente en la historia y el tema de Batman sigue siendo especialmente
emocionante. Las escenas de acción y los efectos especiales resultan muy
logrados, y es de apreciar que en esta película los usan como complemento a la
historia y no al revés. Resulta singular que Nolan haya decidido no grabar su
película en 3D. Por lo demás la película guarda varias sorpresas, más o menos
deducibles. Hay agujeros sin sentido en la trama y aspectos poco profundizados,
pero el trabajo de Nolan está bien ensamblado en general.
En definitiva es una película a tener en cuenta entre las de
la cartelera de este verano y que cierra, de una manera muy decente, las
mejores adaptaciones de Batman hasta la fecha. Es de visionado obligado si te
gusta el hombre murciélago. Le doy un 8,7/10.
Título original: The Dark Knight Rises.
Dirección:
Christopher Nolan.
País: USA.
Año: 2012.
Duración: 165
min.
Género: Acción, Thriller.
Intérpretes: Christian Bale, Anne Hathaway, Joseph
Gordon-Levitt ,Tom Hardy, Michael Caine, Gary Oldman, Marion Cotillard y Morgan
Freeman.
Presupuesto: 250. 000. 000 $